Investigadores aseguran que podría deberse a los antioxidantes y no a la cafeína.
Investigadores informan que tomar mucho café redujo el riesgo de las mujeres de desarrollar diabetes en un estudio de 11 años. Pero fueron los antioxidantes, no la cafeína, en la mezcla lo que logró el efecto.
De hecho, según los investigadores, el riesgo de diabetes se redujo principalmente entre las participantes que prefirieron café descafeinado.
“En nuestro estudio, por la razón que sea, no parece que la cafeína tenga nada que ver”, aseguró Mark A. Pereira, investigador líder y profesor asociado de epidemiología y salud comunitaria de la Universidad de Minnesota en Miniápolis.
Su equipo publicó sus hallazgos el lunes en Annals of Internal Medicine. En el estudio, el equipo de Pereira recolectó información de casi 29,000 mujeres de mayor edad que respondieron preguntas sobre factores de riesgo para la diabetes como la edad, el índice de masa corporal, la actividad física y el tabaquismo.
También informaron acerca de su consumo de diversos tipos de alimentos y bebidas, incluidos el café normal y el café descafeinado.
Al ajustar estos factores de riesgo, los investigadores hallaron que las mujeres que bebieron más de seis tazas diarias de cualquier tipo de café tenían 22 por ciento menos probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2, el tipo que aparece en la vida adulta, en comparación con las que evitaron el café.
Sin embargo, los autores del estudio hallaron que el riesgo de diabetes se redujo aún más, en 33 por ciento, para los que bebieron más de seis tazas diarias de descafeinado.
Pereira señaló que el café tiene muchos componentes, como antioxidantes poderosos similares a los de las bayas y las uvas.
“Cuando uno toma cuatro o cinco o más tazas diarias, podría tener una actividad antioxidante poderosa”, dijo. “Esto podría ser importante para proteger las células beta del páncreas del daño de los oxidantes”, agregó.
Las células beta producen insulina. La diabetes tipo 2, o de adultos, aparece a medida que el organismo va perdiendo lentamente su capacidad para producir insulina.
Rob van Dam, científico investigador de la Facultad de salud pública de Harvard describió al informe como “nada sorprendente”. Van Dam formó parte de un equipo de investigación de Holanda que informó inicialmente sobre el efecto protector del café en 2002.
Varios otros estudios, incluido uno realizado en la Facultad de salud pública de Harvard, han corroborado esos hallazgos originales.
“Encontramos exactamente el mismo efecto protector del café descafeinado”,
aseguró van Dam. “La gente cree que si el café lo causa, debe ser por la cafeína, pero el café es una mezcla muy compleja”, agregó.
Un componente del café que ha capturado la atención de van Dam es el ácido clorogénico, que parece ser capaz de retrasar la absorción del azúcar en las células. Estudios en ratas han hallado que la molécula redujo los niveles de azúcar en la sangre, aseguró.
Hay otra razón para esperar que el ácido clorogénico sea beneficioso. Según van Dam, es abundante tanto en el vino rojo como en el chocolate. “Las personas consideran que los nutricionistas siempre están recomendando cosas que a ellos no les gustan, pero eso no es cierto”, dijo.
Aún así, él y Pereira estuvieron de acuerdo en que es demasiado pronto para señalar que cualquier componente del café sea beneficioso.
“Claramente, el siguiente paso es hacer estudios experimentales con seres humanos”, comentó van Dam.
“Vamos a tener que hacer ensayos clínicos sumamente meticulosos”, agregó Pereira.
El estudio fue financiado con una subvención del U.S. National Cancer Institute.
Entretanto, en una declaración conjunta publicada el lunes, la American Diabetes Association y la American Heart Association solicitaron mayores esfuerzos de prevención y tratamiento para detener el aumento creciente en muertes por diabetes y problemas cardiovasculares relacionadas con factores de riesgo no tratados lo suficientemente.
“La importancia de identificar un conjunto básico de factores de riesgo, como prediabetes y diabetes, prehipertensión e hipertensión, dislipidemia y obesidad, no puede pasar desapercibida”, aseguró el Dr. Robert H. Eckerl, presidente de la AHA. “Ya pasó el tiempo de comenzar a controlar estos factores de riesgo con cambios en el estilo de vida y con medicamentos. Es algo que ya sabemos. Ya hay investigación”, sentenció.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare