Refrigerar sin electricidad II

Desde la prehistoria el hombre ha utilizado el barro para fabricar vasijas de todo tipo, cántaros, vasos, ollas, botijos, etc, destinados, entre otras cosas, a guardar el agua y los alimentos. El ejemplo del que vamos a tratar aquí es el botijo.

Según lo define el diccionario un botijo es “una vasija de barro poroso utilizada para refrescar agua”.

Su funcionamiento es sencillo: el agua se filtra por los poros de la arcilla y en contacto con el ambiente exterior se evapora, produciendo un enfriamiento. La clave del enfriamiento está en la evaporación del agua.


Refrigeración por evaporación

El proceso es muy simple cuando el agua se evapora necesita energía para que se produzca el cambio de estado de líquido a gas. Esa energía puede tomarla del ambiente, pero también del propio sistema (el agua). Así cuando se evapora una parte de agua extrae energía del sistema y el agua remanente, por tanto, disminuye la temperatura.

La teoría cinética nos permite interpretar también el fenómeno de refrigeración por evaporación desde el punto de vista microscópico o molecular. Así, nos encontramos que las partículas de un sólido, líquido o gas se están moviendo o agitando continuamente.

La temperatura es una medida de la energía cinética media de las partículas, mayor velocidad de éstas implica mayor temperatura y viceversa. En un líquido las partículas se mueven deslizándose unas sobre otras, las más veloces se acercan a la superficie libre del líquido y si tienen energía suficiente pueden escapar de él, produciéndose la evaporación.

Este cambio de estado (líquido ---> vapor) provoca un enfriamiento del sistema, ya que precisamente desaparecen las partículas más energéticas.

Este efecto podemos notarlo en diferentes situaciones: en verano cuando se riegan las calles para refrescar el ambiente, cuando nos ponemos una compresa de alcohol para disminuir la fiebre, cuando sudamos y al evaporarse el sudor refrigeramos nuestro cuerpo, etc.


¿Qué ocurre en un botijo?

Como decíamos al principio, en un botijo el proceso de evaporación se ve favorecido por el hecho de que el barro es poroso y parte del agua se filtra a través de él.

El grado de enfriamiento depende de varios factores, fundamentalmente del agua que contenga el botijo y de las condiciones ambientales. Si la temperatura ambiente es elevada, el proceso de evaporación será más rápido, no así el proceso de enfriamiento.

Si el ambiente es muy húmedo la evaporación se ve dificultada y el botijo no enfriará. En condiciones favorables se puede conseguir una disminución de temperatura de unos 10ºC.

Botijo

También las cantimploras enfrían

Las cantimploras metálicas forradas con una tela de fieltro tienen el mismo fundamento: se moja la tela para que al evaporarse el agua que queda en ella se refresque el agua del interior.


Más aplicaciones del efecto botijo

Ver artículo I de esta serie (Refrigerar sin electricidad).

Botijo

Máquinas frigoríficas

El proceso es igual que el que ocurre en una máquina frigorífica, es decir, extraer el calor de un foco frío para cederlo a otro más caliente. Como este proceso resulta imposible realizarlo espontáneamente, la máquina necesita de un aporte exterior de energía, en el caso que nos ocupa es la energía del sol la que aporta a las partículas ese empuje que necesitan para separarse, que el agua se evapore, y extraer calor de la parte fría.

Podríamos decir que el humilde botijo y vasijas similares son una especie de “frigoríficos sin cable”, baratos, no contaminantes y puede que con un gran futuro.

En la India, un recinto rectangular de ladrillos húmedos se utiliza para preservar los alimentos del calor. El agua se filtra poco a poco a través de la porosidad de los ladrillos, la evaporación de la superficie mantiene toda la estructura fresca.

En Pundjab en la Universidad Agrícola de Ludhiana, recientemente se ha probado una versión mejorada de este sistema, que está más cerca del sistema de recipientes de arcilla, uno dentro de otro, que cualquier otro dispositivo.
Utiliza doble pared de ladrillo, con arena húmeda entre ambas. La arena se mantiene húmeda, y toda la sala está cubierta con una alfombra húmeda.

Frutas y hortalizas en el interior de la cámara se mantienen a temperaturas inferiores a 20° C.


La campaña Botijos contra el cambio climático presenta una forma creativa de tener siempre a punto tu botijo, pero colgado del techo, suspendido en el aire.

Ideal y práctico para cualquier persona, para niños y para quien no disponga de mucha masa muscular.

Y como la idea principal es convertir tu botijo en estética decoración te proponemos que para desaciertos en el atino desde el pico a la boca y también para recoger la precipitación del excedente de la exudación, el agua caiga sobre la más hermosa de las macetas con la planta de interior que tengas a mano.

Botijo

Proponemos un kit básico que consiste en:

• un gancho en cruz para techos o también una escuadra de brazo largo,

• un cordón elástico trenzado con hilo de poliéster de alta tenacidad de 6 mm de grueso y

• un mosquetón con gran abertura.


Paso a paso para colgar tu botijo

Una orientación de colocación y proceso que proponemos es:

Botijo

1. Elige el mejor lugar donde se pueda generar el proceso de exudación del botijo y que te quede perfecto para su utilización cotidiana, por ejemplo cerca de la cocina, en el comedor, en una galería sombreada, en un pasillo ventilado

2. Con un taladro con broca de 12 mm prepara un agujero profundo hasta llegar al espacio hueco de la bovedilla del forjado o bien elige una escuadra resistente que tenga un brazo mínimo de 30 cm para poderlo colocar en la pared vertical
Si dispones de vigas de acero o de madera, lo ideal es realizar un aro alrededor de ellas con un cordón

3. Prepara el cordón elástico (el material ideal es el empleado para el soporte de pancartas y si puedes, elige el color que mejor entone con el lugar). Una medida media es aproximadamente 1 metro de largo, esto para techo con la altura habitual en pisos. En un extremo haz un nudo bucle con el mínimo aro posible e insértalo en el gancho que cuelga del techo

4. Es el momento de realizar la prueba de carga para el ajuste de la altura. Con el botijo lleno a tope y el mosquetón colocado en su asa debes buscar la altura optima pasando un aro del cordón si atar por la parte superior del mosquetón, que será la más baja que tendrá el sistema. Pero si en la vivienda conviven niños, la prioridad de altura es para ellos. Con el mínimo esfuerzo podrán inclinar el pitorro en dirección a la boca.

5. Una vez probada y decidida la altura de trabajo, es el momento de realizar otro nudo as de guía para cogerlo al mosquetón, este permitirá con su apertura amplia colocar y llevarse el botijo para las recargas de agua.

6. Luego es el momento de experimentar el gran valor que tiene la tensión del cordón, ideal es que con el mínimo esfuerzo todos los usuarios puedan llevarse a la altura de la boca el pico del eficiente botijo. Habrá momentos que te sorprenderás de las prestaciones del sistema.

7. Y por último y para darle el máximo valor estético y funcional a tu botijo contra el cambio climático colgado para la Tierra, sitúa la planta de interior con la que mejor vibres en la vertical del botijo.

8. Si tienes cualquier duda sobre el montaje, esta es una oportunidad para hablar con tus gentes, y representará el gran valor que tienen los pequeños cambios que siempre son poderosos.

Botijo

A la espera del goteo de un helecho

Otras ideas para tener el botijo en el aire son colocarlo en un colgante de macramé o llenar con cartulinas de colores y escritas con buenos deseos para el futuro, el cordón elástico.

Atención, la simpatía popular por el botijo y la omnipresencia del frigorífico eléctrico han hecho que muchos de los botijos que se ofertan no sean los óptimos para la refrigeración evaporativa, barnices y tratamientos en la superficie decorada exterior impiden esta función clave.

Botijo

A la hora de adquirir tu botijo contra el cambio climático, la identificación es simple, los ideales son los botijos de arcilla a poro abierto, sin ningun tratamiento de cobertura, de color blanco, rojo o oscuro.

El rendimiento dependerá de buen hacer artesano, la calidad de la arcilla empleada y el proceso de cocción realizado.

Por otro lado y en relación con el óptimo proceso inicial de puesta en marcha del botijo, se recomienda realizar un llenado completo con agua de baja mineralización y con el cuidado de no mojar el exterior.

Al cabo de 24 horas se realiza el vaciado y el botijo una vez curado queda listo para el más óptimo rendimiento.

Es tradición incorporar la primera vez una gotas de anís para tamizar el sabor del agua.


E.M.Y.O.Y.